Pasamos la vida esperando a que llegue el chico perfecto, ese chico que te haga sonreír, que te abrace cuando estés triste y te seque las lagrimas cuando llores, que cuando tengas un problema te aconseje. Que te haga sentir bien, que trate como si fueses una princesa y que te recuerde lo bonita que es tu sonrisa. y cuando por fin llega ese chico, le decimos que no, simplemente porque está ese otro que nos lleva a la locura cada vez que escuchamos su nombre.
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